El día de todos los santos se celebra el 1 de noviembre.
El
Día de Todos Los Santos es una tradición católica instituida en honor de Todos
los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar
cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los
fieles.
En
Guatemala está es una tradición muy arraigada, ya que en este día las
comunidades que la celebran acostumbran a volar barriletes gigantes que según
la creencia auyenta a los malos espíritus.
También
se hacen comidas exóticas, que satisfacen a los muertos y a los vivos.
Este
día se celebran ceremonias o misas en algunos cementerios del país, para
recordar el descanso de los seres queridos.
Los
barriletes son tradición en Santiago Sacatepéquez, ya que forman parte de una
tradición muy colorida del país.
En
Sumpango se cuentan leyendas acerca del Camposanto de Sumpango, en las que se
cuenta que el lugar era invadido por espíritus malignos el día de todos los
santos, estos llegaban a ocasionar molestias a las buenas ánimas cuyos cuerpos
descansaban en el camposanto. A causa de la molestia que los espíritus malignos
ocasionaban a las ánimas estas vagaban inquietas y molestas por las calles y
viviendas de la población.
Según
la leyenda la gente del pueblo decidió consultar a los brujos
tradicionales con quienes acudían para deshacerse de maleficios, ya que
esta situación era muy escalofriante, los brujos coincidieron en que el único
medio para forzar la retirada de los espíritus del mal era el siguiente:
Consistía
en hacer que el viento chocara con pedazos de papel, cuyo sonido según los
brujos, ahuyentaría a los malos espíritus, dejando descansar en paz a las
buenas ánimas del lugar.
Historia
La
Iglesia Primitiva acostumbraba celebrar el aniversario de la muerte de uno Paul
mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente los grupos de mártires morían
el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la
persecución de Diocleciano el número de mártires llego a ser tan grande que no
se podía separar un día para asignársela.
Pero la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
Pero la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
También
se menciona lo de un día en común en un sermón de San Efrén el Sirio en 373. En
un principio solo los mártires y San Juan Bautista eran honrados por un día
especial. Otros santos se fueran asignando gradualmente, y se incrementó cuando
el proceso regular de canonización fue establecido; aún, a principios de 411
había en el Calendario Caldean una “Commemoratio Confessorum” para el viernes
de los cristianos orientales.
En la Iglesia de Occidente el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagro el Panteón en Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario.
En la Iglesia de Occidente el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagro el Panteón en Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario.
Gregorio
III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los
Santos y arregló el aniversario para el 1 de noviembre. La basílica de los
Apóstoles que ya existía en Roma, ahora su dedicación seria recordada
anualmente el 1 de mayo. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre
a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.